Pudo sentir la felicidad de la abuela bella en su recuerdo intacto. Tironeando la mano de su mamá para una vuelta más. Fue así que con todo cuidado deslizó algo en la cartera de la abuela. Era una sortija de oro invisible a los ojos de todos, le permitiría a su poseedor dar infinitas vueltas siempre en el mejor carrusel que pudiera imaginar.
Encuentro en la primera fase. 02 de mayo de 2005 - 03:32 - M / f. azotes, enema y sumisión. Autora: Anita Forever. ¡Y fui a verte por fin! Tanto tiempo contando con ello, tanto tiempo esperándolo, tanto tiempo asumiendo que algún día ocurriría y de pronto allí estaba, en un avión, esperando a aterrizar para verte aparecer.
Lo que queda de la infancia: Recuerdos del Jardín, da cuenta de las inscripcio-nes que quedan en la memoria de lo que alguna vez se creyó haber vivenciado como infantes. Estas inscripciones, al igual que la categoría de infancia, juegan inscribiendo en el tiempo permanencias y transformaciones, dando visibilidad a las huellas del pasado en
Heridas en la infancia, cicatrices en la madurez. 3 minutos. En proceso de revisión. Lo más singular de la infancia, es que por muy pequeños que seamos, no hace falta comprender una situación para sentir su impacto, para padecer el dolor, el desconcierto o el miedo. La edad no nos exime del sufrimiento.
de la dignidad que debe estimularse en el niño para que sepa ser hombre y buen ciudadano (Consejos prácticos para el maestro, 1915). Lo mismo está que ayer, los techos cenicientos de la escuela, en el villorrio aquel. Donde al amor de la sapiente férula, aprendimos con sangre el abecé‚ lo mismo están que ayer, ferradas del encierro aquellas . 330 202 437 115 246 192 289 93

recuerdos de azotes en la infancia